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La Gestión de la Seguridad de la Información

Escribo este blog en abril de 2014. Este mes, ha sido excepcional para el área de la Seguridad de la Información, debido al descubrimiento de una vulnerabilidad en una implementación del protocolo SSL que podría haber proporcionado una gran capacidad a un potencial atacante para penetrar en servidores y tener acceso a información que no debería de ser conocida. Es un hecho que los conocedores de seguridad se han quedado perplejos ante las dimensiones de la vulnerabilidad detectada. Pero todavía más relevante, es el hecho de que la pieza de código afectada fue publicada en mayo del año 2012, por lo que ha estado operando por 2 años sin que se detectara esta vulnerabilidad. Es importante mencionar que la vulnerabilidad es indetectable desde cualquier infraestructura privada, porque existe en el enlace de comunicaciones, que es público y por lo tanto, se tenía que realizar una prueba de penetración muy detallada, para interceptar los paquetes de información “encriptados” y detectar una forma de acceder a la información que se estaba transportando. Esto ilustra la complejidad del tema de la seguridad. Varias acciones de remediación pueden realizarse en las empresas vulnerables a este problema. Se habla de renovar certificados, de realizar los parches correspondientes, de actualizar palabras secretas (passwords) y cosas similares. Pero si analizamos desde el punto de vista de la Gestión de la Seguridad de la Información, estamos hablando de las mismas actividades que se definen, ejecutan, monitorean y ajustan en un Plan de Seguridad. Esto constituye un indicador claro de la efectividad que proporciona el tener formalmente implementado un Plan de Seguridad de la Información, incluyendo su revisión bianual por parte de un auditor certificado. Es inconcebible, por ejemplo, que en este caso en el que se ha tenido una exposición de más de dos años, los passwords y los certificados sigan siendo los mismos, cuando es una recomendación primaria de seguridad de la información la renovación frecuente. Este es un principio básico, mediante el cual renuevo el mecanismo de seguridad al actualizarlo, logrando que si las credenciales de autenticación han sido comprometidas, la vulnerabilidad generada quede sin efecto al descartarlas. Quiero recalcar aquí, que hasta la tarea de concientización sobre la seguridad de la información es importante. Si tomamos como ejemplo el cambio de passwords, a muchas personas no les gusta o no entienden la necesidad de realizar el cambio y ven la tarea como una tediosa y ridícula petición de la Gerencia de TI. He visto como en algunos lugares se implementa la autenticación con dos factores, lo cual incrementa el trabajo de ingreso a un sistema para el usuario, por lo que para no ser tan autoritativos o molestos, se proporciona como una opción para los usuarios que quieran estar más seguros. Puesto en estos términos, la tasa de usuarios que deciden pasar por el trabajo de utilizar el segundo factor de autenticación resulta baja. Esto definitivamente no es servicio al cliente, en términos de seguridad. Se debe de entender claramente que los usuarios en una organización no son los dueños de la información, por lo cual, deben de acatar todos las regulaciones establecidas para tener segura la información de la organización, que es el fin último de la medida. Todavía más allá, la concientización debe ayudar a dejar claro a un usuario sobre las amenazas existentes, la existencia de posibles vulnerabilidades, haciendo énfasis en esta naturaleza probabilística de su existencia, estableciendo que podrían existir o no, más sin embargo, las medidas de seguridad nos ayudan a estar preparados, logrando prevenir su ocurrencia, detectar su materialización o disminuir su impacto en el logro de objetivos. Así vemos que hasta la tarea de concientización tiene un rol importante en la gestión de la Seguridad de la Información. Por supuesto, medidas más técnicas, como las implementadas en la red de comunicaciones, la utilización de software antivirus, la ejecución de respaldos, la creación de un plan de contingencia y demás, deben de formar un Plan de la Seguridad de la Información completo, que identifique, mitigue y responda a eventos que pongan en peligro la pérdida de confidencialidad, integridad o disponibilidad de nuestra información.

El Proceso de la Seguridad de la Información.

La cantidad de amenazas existentes para los sistemas de información es abundante. Por si la cantidad no fuera de por sí un factor de peso, la renovación de las amenazas se convierte en un verdadero problema para los Gerentes de TI, que tienen entre uno de sus objetivos, el mantener segura la información de la organización y evitar riesgos que dañen la imagen, interrumpan o retrasen el cumplimiento de los objetivos de negocio.

Muchas tareas se ponen en riesgo por amenazas a la seguridad de la información. Desde enviar correos, hasta la reinstalación de servidores por fallas causadas por virus y software malintencionado. El simple uso de Tecnologías de la Información, en todas sus formas, expone a una empresa a las amenazas relacionadas con la Seguridad de la Información. Pero si la empresa maneja información que pueda ser atractiva a un atacante, como información relacionada con tarjetas de crédito, información financiera, datos personales y similares, la principal amenaza es que esa información salga de la empresa sin autorización. Los esquemas de ataque en esta última forma son extensos y cambiantes. Incluso instituciones con grandes capacidades de investigación, tienen dificultades para detectar, detener y mucho más para procesar penalmente a un atacante que realice estas acciones.

Una empresa en El Salvador, aún con presupuestos y alcances limitados, está expuesta a estos ataques sí utiliza Tecnologías de la Información, tiene enlaces con el mundo y tiene información de clientes que debe protegerse. Es importante entonces, mantener un perfil activo de la seguridad de la información, no esperando sorpresas, sino más bien, analizando periódicamente las vulnerabilidades existentes, definiendo y ejecutando medidas de eliminación de riesgos y  evaluando los resultados obtenidos. Este ciclo, muy conocido para los que trabajan pensando en la mejora continua, es una ruta simple de protección, que también permite aprovechar las inversiones realizadas en TI. Por ejemplo, la adquisición de un sistema de antivirus puede ser una inversión inefectiva, si una semana después de instalado el sistema, las definiciones de antivirus no han sido actualizadas, dejando expuesta la organización a los nuevos virus. Es típico, que una máquina “crítica” falle, por este fenómeno. Es fácil darse cuenta, que la inversión en el software de antivirus es sólo parte de la solución. Podría decirse que ese es el paso inicial. El proceso de verificación de su efectividad, su correcta aplicación y configuración es mucho más importante para lograr la mitigación de riesgos.

Todo el tema de la Seguridad de la Información debe tratarse de esa manera, como un proceso. No como una solución basada en la adquisición de nuevos dispositivos y software. Temas tan básicos en la Administración de la Seguridad, como el control de accesos a recursos tecnológicos puede salirse del adecuado control sin un proceso continuo de evaluación de su efectividad. Aunque la Auditoría de Sistemas ejerce un control sobre la efectividad de los controles, incluyendo los de seguridad, la Gestión de TI no debe de esperar a que una auditoría de TI le indique vacíos. La Seguridad de la Información es un tema “on line”, de tiempo real, que debe de ser incluido en las responsabilidades y tareas a ejecutar por los responsables de la mantener seguras las operaciones de TI y la información de la organización. A quién le corresponde la responsabilidad es un tema adicional a discutir, dado que no necesariamente tiene que ser la Gerencia de TI, pero lo importante es definir los procesos de Seguridad de la Información, a través de un plan que documente las vulnerabilidades existentes, los mecanismos de protección, la ejecución de los mismos y los controles para verificar la efectividad de los planes. Estos planes deberán de ser flexibles en el tiempo, readaptándose para las nuevas condiciones de amenazas y vulnerabilidades detectadas. Definitivamente, una administración de la Seguridad de la Información requieren de un proceso con mucha proactividad de parte de los responsables.

La Seguridad de los Password

Aunque siempre se ha considerado que los passwords son un mecanismo “secreto” para proporcionar seguridad a nuestras acciones en sistemas de información y especialmente a nuestros datos, proporcionando confidencialidad, muy poco se hace para informar a todos los que usamos passwords sobre las amenazas existentes y la vulnerabilidad que presenta este mecanismo de control de acceso.

Revisando la seguridad de sistemas de información, descubrí que muchas herramientas de evaluación de seguridad en las configuraciones de los equipos, lo que realmente hacen es intentar descifrar los passwords y cuando lo logran, declaran el password como “débil”. Esto implica que en el lapso de segundos, algunos passwords pueden ser descifrados y lo sorprendente es la cantidad de cuentas que pueden tener passwords débiles en un sistema. Entonces, considerando esta situación de passwords descifrables en segundos y la existencia de hackers que utilizan programas para buscar estas cuentas y a partir de ahí revisar cuales pueden ser explotables, apropiándose de sus privilegios dentro del sistema, tenemos una situación de riesgos que en la mayoría de empresas podría ser alta. Este hecho definitivamente amerita la atención de la Gestión de TI.

A partir de esta realidad, lo que corresponde es revisar nuestra política de creación de passwords. Un factor determinante de la política, aunque no el único, es el tamaño. La teoría de cifrado de passwords se basa en la creación de algoritmos confiables, pero públicos, con los cuales se crea un texto cifrado a partir del texto legible para el usuario. El hecho de que el algoritmo sea conocido, aparte de aportar confianza al método usado, también proporciona un medio para que se creen algoritmos de descifrado de passwords. Adicionalmente, un hacker puede optar por la “búsqueda exhaustiva” de todas las posibles opciones, lo cual es cada vez más soportado por la capacidad de computo existente. Este último elemento principalmente, justifica que los passwords utilizados tengan como mínimo 12 caracteres. Existe un sitio web: http://howsecureismypassword.net, donde se pueden probar los passwords y saber que tan fácil o difícil es el descifrado de un password, a partir del tiempo que tomará en descifrarlo.

Si nos ponemos del lado del usuario, la dificultad de recordar un password es lo que los lleva normalmente a escoger una palabra pequeña como password. El promedio letras que podemos encontrar en un password es de 6 a 8 letras. Una recomendación, que podría ser parte de la política, es el utilizar cuatro letras de tres palabras que le sean familiares al usuario y armar el password separando cada grupo por un carácter especial o número. Esta regla aunque se oye difícil, en realidad es fácil de mostrar. Por ejemplo, si yo quiero que la frase “Libros Ciencia Ficción” sea la base de la creación de mi password, puedo terminar con el password lbrs_cnci_fcco, que de acuerdo al sitio antes mencionado, le tomaría a una computadora personal trescientos mil años descifrarlo. Esto hace de este password un éxito. Si usamos una parte de este password, por ejemplo lbrs_cnci, el tiempo cae gramáticamente a 22 horas. Esto es con 9 caracteres. Prueben combinaciones más pequeñas y más largas para entender las variaciones y apliquen lo que aprendan en afinar su política de creación de passwords y el trabajo de enseñar estos elementos de seguridad a los usuarios. En el caso de los passwords de servidores y bases de datos debería de ser mandatorio el crear passwords de más de 12 caracteres, incluyendo además caracteres especiales. El password es un elemento de la seguridad de los sistemas de información que depende totalmente de los humanos, por lo que se debe de implementar correctamente a través de políticas agresivas, que mantengan seguros todos los puntos de acceso a la infraestructura tecnológica de una organización.

El Oficial de Seguridad de la Información.

De la misma manera en las empresas en El Salvador lograron entender la necesidad de un Administrador de Bases de Datos tendrán que entender la necesidad de un Oficial de Seguridad de la Información. Este término, denominado en Inglés CISO – Chief Information Security Officer, ha tomado relevancia, debido principalmente a la necesidad de que la información de la organización se mantenga segura y cumpla con sus objetivos de negocio. El primer paso es entender que en materia de seguridad de la información, no se puede ser juez y parte, por lo que no es saludable pensar que la Gestión de TI podrá realizar la tarea de planificar las operaciones de TI, organizarlas, ejecutarlas, monitorearlas y a la vez proporcionar seguridad a la información de manera integral. Entendamos bien esto. Todos los componentes de TI tienen algún nivel de seguridad de manera inherente. El tema de seguridad no puede ser extraído de la configuración de equipos y aplicaciones, por lo tanto, los responsables de TI deben de incluir las configuraciones de seguridad que sean necesarias de acuerdo con su criterio profesional y las necesidades de la organización. El rol del Oficial de Seguridad viene a garantizar de que la seguridad de la Información se esta abordando de una manera integral, acorde con el nivel de riesgo de la organización y siguiendo una arquitectura de aplicaciones e infraestructura robusta que es mantenible y actualizable de acuerdo a necesidades futuras. Asegura además que se han diseñado las políticas y procedimientos relacionados con la seguridad de la información además de verificar que los no relacionados no interfieren con los objetivos de seguridad de la información. Asegura además que se están implementando los proyectos correctos para eliminar vulnerabilidades en la infraestructura y aplicaciones. El Oficial de Seguridad incluso puede intervenir como  visor independiente en los procesos de Gestión de TI, para ayudar a garantizar que elementos críticos de la Seguridad de la Información no serán comprometidos por causa de las operaciones normales de TI. Es decir, mientras el departamento de TI realiza su función de soportar el negocio a través de las Tecnologías de la Información, el Oficial de Seguridad mantiene el enfoque en la Seguridad de la Información. Incluso, en organizaciones grandes, tareas como la asignación de permisos y privilegios ha sido delegado al Oficial de Seguridad. Por supuesto, en estos casos estamos hablando de que el Oficial de Seguridad cuenta con personal bajo su cargo para poder realizar estas tareas cumpliendo con los Niveles de Servicio pactados con el negocio.

Es innegable que a todas las organizaciones les interesa la función de Seguridad de la Información. Lo discutible es ¿A qué nivel debe de cumplirse con esta función? Se necesita solo una persona a tiempo completo o un equipo de 5 o 10 personas. Incluso, puede pensarse en utilizar outsourcing para realizar la evaluación, diagnóstico, organización y monitoreo de la función de seguridad. Esta última modalidad ayuda a una organización a recolectar datos para evaluar más objetivamente la necesidad de formalizar una plaza o un departamento de seguridad de la información dentro de la organización.

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