Archivos Mensuales: julio 2015

Controles para la Seguridad de la Información

Sin importar el tipo o tamaño de una empresa, todas pueden ser impactadas por fallas en la gestión de la seguridad. El efecto final puede ser experimentado de diferentes formas, como daños a sus equipos, pérdida de información o una disminución en los tiempos de respuesta de los equipos utilizados por los empleados para trabajar. Los usuarios finales normalmente se quejarán de estos problemas diciendo cosas como “no hay sistema”, “el sistema está lento” o “¿No encuentro mis datos?”. El impacto en el negocio dependerá de qué tan crítico sea el momento en el que no hay sistema, o en el que la respuesta es lenta o de la importancia de los datos perdidos.

La Gerencia de Sistemas debe poner la debida atención a entender y analizar los riesgos relacionados con la seguridad de la información y a establecer todos los controles necesarios que permitan reducir la posibilidad de que eventos no deseados les impacten. Durante muchos años he sido testigo de muy buenas intenciones de muchos gerentes de sistemas para establecer los controles necesarios para brindar seguridad a la información de su organización, pero estas intenciones no son compartidas con los gerentes generales o gerentes financieros, que objetan iniciativas, por considerar que los gastos son excesivos. Los segundos a veces cambian de mentalidad cuando se ha sufrido un ataque que implicó pérdidas financieras, daños a la reputación o serios retrasos en las operaciones.

En todo caso, para tranquilidad de todos, los Gerentes de Sistemas tienen que realizar un análisis de riesgos de seguridad de la infraestructura y presentar a la organización el listado de posibles amenazas visualizadas, estableciendo su probabilidad de ocurrencia y el impacto que tendría cada una de ellas en las operaciones, a efectos de que sea claramente entendible por todos la ventaja o desventaja de establecer un control adicional, aunque esto requiera de alguna inversión. Esta práctica es efectiva para visualizar los riesgos, pero debe optimizarse a través de la identificación de controles que permitan, a un costo razonable, mitigar el riesgo.

Los riesgos, para ser entendidos, deben de ser expresados en función de la jerga del negocio. Por ejemplo, si se enuncia como una amenaza el que un virus tome control de un servidor y lo deje inoperante, nuestro riesgo real es que los negocios que se realizan con las aplicaciones existentes en ese servidor se vean interrumpidos porque el servidor fue atacado por un virus. Establecer el impacto en función de la amenaza de perder o retrasar el ingreso de efectivo si llevará al negocio a invertir en tener un sistema antivirus instalado en el servidor y en equipos clientes que tengan relación con el mismo. Si bien en este caso el control primario es el sistema antivirus, y este representa una inversión, se debe de ser muy analítico para decidir la conveniencia o no de implementar controles adicionales, que tal vez no incluyan inversión, pero que requieren del cuidado del personal. Pongamos un par de ejemplos. Si consideramos que para garantizar el éxito de un antivirus, este debe de estar actualizado, tanto en su software, como en las definiciones de virus, podemos entender que es necesario asegurar que la persona responsable del mantenimiento del software antivirus, realiza revisiones rutinarias que verifiquen que el software está funcionando y que resuelva cualquier problema que cause que la solución de antivirus no funcione de la mejor manera posible. Estas revisiones también constituyen un control. Los gerentes deben de exigir a los técnicos que realizan estas funciones que dejen evidencia del monitoreo realizado y de acciones correctivas que se han tomado. Un segundo control podría ser la restricción de utilizar dispositivos de memoria usb en equipos sensitivos. Aquí la decisión debe ser basada en el siguiente razonamiento “Si los puertos usb no son necesarios para mi negocio, los bloqueo”. Esto reduce la posibilidad de que un virus entre directamente al equipo por estos dispositivos. Este control nos llevaría a desactivar la capacidad de que los usuarios administren sus equipos y por lo tanto no puedan sobrepasar la configuración que desactive los puertos usb. También para esto es necesario tener un control del número de equipos existentes en la organización, para garantizar que en todos está debidamente configurada esta configuración.

Como el lector podrá deducir, la amenaza de un virus, estaría siendo mitigada con tres controles. Uno requiere inversión, pero los otros dos requieren de la definición de prácticas de trabajo que ayuden a confirmar la efectividad de la inversión realizada en el antivirus. No implementar estos controles adicionales podría ponernos en la situación en la que se ha invertido en un software de antivirus y aun así se materializa el riesgo.

Esto nos lleva a la conclusión de que los controles de seguridad no están basados totalmente en la inversión que realiza una organización, sino más bien en la aplicación constante de un análisis de los riesgos existentes y la adopción de medidas que mitiguen al máximo la posibilidad de ocurrencia.